19 de octubre de 2012

Depresion en la vejez

 
Manuel A. Vega
Sabana de la Mar
Rafaela Olea, de 62 años, había intentado varias veces contra su vida, pero en la mañana de ayer lo hizo al ingerir un veneno conocido Paraquat, que la mató antes de llegar al hospital Señorita Elupina Cordero, de este municipio.
Familiares revelaron a los investigadores que Rafaela venía sufriendo de depresión, por razones de índoles familiares y económicas, lo que pudo haberla llevado al suicidio.
Residía en la Prolongación 27 de Febrero No. 26, en el sector Catarey, al norte de Sabana de la Mar.
El cuerpo fue llevado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses en San Pedro de Macorís, para fines de necropsia.

Este triste caso parece ser un caso de depresion en la vejez.
Dr. Juanjo Calvo - Medico Geriatra

El principal problema psicológico que se plantea al individuo que llega a la vejez, es cómo lograr adaptarse a esta nueva situación existencial; por ello, en expresión de Minkowski, "se puede envejecer bien o mal". La adaptación a esta nueva situación depende de factores intrínsecos (circunstancias biológicas y sociales del envejecimiento) y extrínsecos (entorno ambiental)


La sensación de inseguridad aumenta en la vejez. Este sentimiento de inseguridad se encuentra alimentado por factores tan diversos, como dificultades económicas, modificaciones en el modo de vida, restricción del entorno social y aislamiento, muertes de familiares y amigos, menor autonomía psico-física, etc. Estos hechos originan vivencias angustiantes, que se traducen en manifestaciones psicológicas como: rigidez, dogmatismo, desconfianza, egoísmo, etc.
 
En el entorno social del anciano se producen cambios importantes, que afectan a las relaciones conyugales, a las relaciones entre padres e hijos y a las relaciones sociales en general. Las dificultades de adaptación a estos cambios que ocurren en la vejez, provocan un abatimiento psicológico del viejo y pueden originar una enfermedad depresiva. La cercanía de la muerte tiene importantes connotaciones psicológicas y la concreción personal de la misma se acepta con dificultad y, en muchos casos, con tristeza y desasosiego. Estas especificidades de la vejez, favorecen la aparición de depresiones de inicio
tardío o descompensan enfermedades depresivas, padecidas desde la juventud o desde la madurez. Por todo ello la prevalencia de depresiones en la vejez es alta. En ocasiones envejecimiento y depresión tienden a confundirse y concatenarse. Pero la depresión no es "normal" en la vejez. La mayoría de los viejos se encuentran bastante satisfechos de su envejecimiento, y sólo experimentan fluctuaciones menores de su afectividad. La característica esencial de la depresión es un "humor deprimido, con pérdida de interés y placer en la realización de las actividades y pasatiempos habituales". Los síntomas depresivos están acentuados en los viejos, pero el médico ha de tener en cuenta que la enfermedad depresiva es distinta de las fluctuaciones diarias del estado de ánimo y, sobre todo, que la depresión
es tratable
 

 

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