Las rupturas amorosas hacen recordar que nada es para siempre y que el amor
de pareja tarde o temprano acaba. Cuando una relación termina, llega el momento
de llorar, de sufrir, de ver caer esos sueños que se construyeron para “toda la
vida” .
Ese trance es conocido como duelo amoroso. “Cuando hablamos de duelo nos referimos a algo que no terminó bien y aunque termine de buena forma, se contabiliza como un fracaso sentimental. El duelo puede afectar las futuras elecciones de pareja porque a veces la persona dice ‘un clavo saca otro clavo’, ‘me buscaré a alguien para curar mis penas’… y lo que hacen es contaminar una nueva relación con todo lo que pasó en la anterior”, dice la terapeuta familiar Olga María Renville . El estado de ánimo de quien vive un duelo amoroso cambia constantemente . Un factor que influye para que se ponga irritable es el cuestionamiento de la familia y los amigos: ¿qué paso?, ¿por qué terminaron?, expresa la especialista. Cuando se vive un duelo amoroso no se quiere hablar del tema. Al respecto, Renville asegura que lo más recomendable para la persona es cortar todo tipo vínculo con la expareja. “Si pasamos buscando información o llamando, nunca se saldrá del duelo. Hay gente que pasa años para superar una ruptura porque no cortó la comunicación”, añade . Tiempo del duelo El duelo no debe pasar de seis meses a un año, según indica la terapeuta. Ya desla pués de un año hay que sentirse mejor. Si luego de ese tiempo el duelo afecta a la persona en el trabajo, los estudios o no se lleva bien con los demás, es necesario buscar ayuda sicoló gica. “Cualquier situación emocional que nos afecte en nuestro desarrollo requiere de ayuda. Hay gente que lleva su duelo y se lleva bien con los demás. Pero hay otros que se encierran en sí mismos y se les olvida vivir”, agrega Renville . SUPERAR EL DUELO Superar un duelo amoroso no es sencillo, pero aunque no sea fácil hay que buscar las vías para sentirse mejor . La terapeuta familiar Olga María Renville aconseja: “Póngase en un gimnasio, salga a sitios diferentes, estudie algún idioma, conozca a otras personas para que distraiga desla mente. No se pase la vida pensando en lo que le faltó por hacer en la relación que terminó: todo eso es negativo . Hay que darse su espacio para llorar, pero eso no debe ser una constante” . La especialista recuerda ponerles límites a los amigos y la familia para que no cuenten nada de su expareja . Asegura que cuando termina una relación no se puede ser amigo o amiga de la expareja hasta que se supere el duelo . El duelo amoroso cuando hay hijos Cortar una relación amorosa es relativamente fácil para una pareja si no hay vínculos que puedan unirla para toda la vida. Pero si hay hijos de por medio todo es diferente . La mayoría de las personas no entienden que hay dos tipos de relación: la de pareja y la de padres. La de pareja puede que no funcione, pero la de padres tiene que funcionar, dice la terapeuta familiar Olga María Renville . “Es muy difícil vivir un duelo amoroso y llevar una relación de padres. Pero cuando se está en esta situación, lo más recomendable es no utilizar a los hijos como intermediarios del dolor, ni hacerlos sentir culpables por el fracaso de la relación como pareja porque no tienen nada ver”, expresa la especialista . Si hay una separación, la pareja debe dejar todo claro: manutención, horas de visita… para que eso no interfiera en la crianza de los hijos. Esta medida es importante . Según Renville, quien no tenga la tutela de los hijos debe abstenerse de las visitas diarias, pues crea una confu- sión en los pequeños (¿están sus progenitores juntos o separados?) . Renville recuerda a los padres que hablen con los hijos para que asimilen poco a poco la situación . Antes de un divorcio Cuando tiene familia, la pareja en crisis debe madurar la idea de un divorcio . “Hay personas que, fruto de una emoción muy fuerte, toman decisiones apresuradas . En momentos de ira, rabia o alegría, no se deben tomar decisiones”, agrega Renville . CUANDO SE CORTA LA RELACIÓN La edad no determina qué tanto puede sufrir una persona cuando termina una relación. Sin embargo, la terapeuta familiar Olga María Renville sostiene que mientras más joven sea la pareja más rápido se supera el dolor. Las personas maduras pueden sufrir más, porque llevan un tiempo con su pareja y no se proyectan con otra persona. “Si son adultos la edad influye . Pueden pensar que no tienen tiempo para encontrar a otra persona”, agrega . Insiste en que para olvidar a la expareja hay que borrar todos los recuerdos: cartas, regalos… Guárdelos en un lugar donde no los vea . |
13 de noviembre de 2012
COMO VIVIR EL DUELO AMOROSO
6 de noviembre de 2012
Consecuencias emocionales, psicológicas y psiquiátricas del aborto
Consecuencias emocionales, psicológicas y
psiquiátricas del aborto
¿El aborto provoca problemas emocionales,
psicológicos y psiquiátricos?
Sí, el aborto provoca serios problemas
emocionales como:
Remordimientos – La mayoría de las mujeres que abortaron tuvieron sentimientos de remordimiento por la falta del hijo que "debería haber dado a luz".
Remordimientos – La mayoría de las mujeres que abortaron tuvieron sentimientos de remordimiento por la falta del hijo que "debería haber dado a luz".
La salud psicológica y física de la mujer se
ve afectada por el aborto de aquel que siempre será para ella, a lo largo de
toda su vida, su propio hijo, haya o no nacido.
Los síntomas clínicos del remordimiento que
ello provoca, varían y perduran hasta muchos años después del horrendo crimen.
La Dra. Marie A. Peeterers-Ney afirma:
La Dra. Marie A. Peeterers-Ney afirma:
"En la literatura aparecen síntomas
tales como (...) el del aniversario de la fecha del aborto o de las fecha en
que hubiese nacido el bebé, con motivo del cual la mujer tiene dolores
abdominales, migraña, afecciones psicológicas o disfunciones sexuales".
El aborto marca para siempre, como lo
confirman numerosos testimonios: "No sé por qué lo hice,"
declaró una mujer, "pero de lo que sí estoy segura es que aún no me
recupero de esa experiencia. Las pesadillas no me dejan vivir en paz."
Ansiedad y depresión – Las adolescentes son
más propensas que las mujeres adultas a sufrir las secuelas psicológicas.
Aunque la primera reacción puede ser de alivio por no estar más embarazada, la
ansiedad, la depresión y el sentimiento de culpa, aparecen pronto.
Síndrome post-aborto – No cabe duda que la
práctica del aborto provoca graves tensiones. La mujer posee un instinto
materno dado por la misma naturaleza. Violentarlo significa acumular traumas
que a veces se manifiestan poco después, pero en otras ocasiones quedan
latentes y explotan años más tarde, en las formas más inesperadas como
patologías y reacciones psicológicas anómalas.
Es cada día más evidente que, en algunos
casos, la respuesta de la mujer a ese trauma es similar a la neurosis
post-traumática ("post traumatic stress disorder") de algunos
veteranos de guerra.
Algunos de estos reflejos son: angustia,
ansiedad, uso de drogas, pérdida de la autoestima, sentimiento de culpa,
insomnio, pesadillas aterradoras, abuso de fármacos, afecciones psicosomáticas,
agotamiento, dificultad de concentración, misantropía y depresión.
Este cuadro se agrava si la mujer intenta acallar su conciencia negando que el aborto fue el asesinato de su propio hijo. El negarse a reconocer el propio crimen provoca en ella reacciones psicológicas profundas y desencontradas, que la catapultan a un estado de ansiedad, traumas nerviosos e irritabilidad casi insoportable.
Este cuadro se agrava si la mujer intenta acallar su conciencia negando que el aborto fue el asesinato de su propio hijo. El negarse a reconocer el propio crimen provoca en ella reacciones psicológicas profundas y desencontradas, que la catapultan a un estado de ansiedad, traumas nerviosos e irritabilidad casi insoportable.
A su vez, la Dra. Maria Simon, psicóloga en la
Clínica Ginecológica Universitaria de Würzburg (Alemania), señala que:
"tras un aborto se acumulan las siguientes consecuencias psíquicas: sentimientos de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas. Frecuentemente, afirma, estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como alteraciones del ritmo cardíaco o de la tensión arterial, migraña, trastornos del aparato digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente tras el aborto y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como tema niños pequeños muertos. Al 52 % de las encuestadas les molesta ver a mujeres embarazadas porque les recuerdan sus propios hijos abortados. En el 70 % de las mujeres surge una y otra vez el pensamiento de cómo serían las cosas si el niño abortado viviera ahora. Además, las encuestas arrojan proporciones de hasta 50 % de uniones que se rompen después de un aborto."
"tras un aborto se acumulan las siguientes consecuencias psíquicas: sentimientos de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas. Frecuentemente, afirma, estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como alteraciones del ritmo cardíaco o de la tensión arterial, migraña, trastornos del aparato digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente tras el aborto y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como tema niños pequeños muertos. Al 52 % de las encuestadas les molesta ver a mujeres embarazadas porque les recuerdan sus propios hijos abortados. En el 70 % de las mujeres surge una y otra vez el pensamiento de cómo serían las cosas si el niño abortado viviera ahora. Además, las encuestas arrojan proporciones de hasta 50 % de uniones que se rompen después de un aborto."
La Dra. Wanda Franz, de la Universidad de West
Virginia (EE.UU.) indica el remedio para las mujeres que alguna vez abortaron:
"Ante todo y principalmente, es necesario enfrentar la realidad de haber cometido un aborto. La verdad es que, cuando una mujer acepta someterse a un aborto, ella consiente en asistir a la ejecución de su propio hijo. Esa amarga realidad... se opone a la realidad biológica de la mujer, que ha sido ordenada precisamente para el cuidado y nutrición de su hijo, incluso no nacido. Asumir el papel de "verdugo", especialmente de su propio hijo, sobre el cual ella misma reconoce la responsabilidad de protegerlo, es extremadamente doloroso y difícil. El aborto es todo lo contrario al orden natural de las cosas y automáticamente induce a una sensación de culpa. La mujer debe, sin embargo, admitir su culpa para poder convivir con ella".
"Ante todo y principalmente, es necesario enfrentar la realidad de haber cometido un aborto. La verdad es que, cuando una mujer acepta someterse a un aborto, ella consiente en asistir a la ejecución de su propio hijo. Esa amarga realidad... se opone a la realidad biológica de la mujer, que ha sido ordenada precisamente para el cuidado y nutrición de su hijo, incluso no nacido. Asumir el papel de "verdugo", especialmente de su propio hijo, sobre el cual ella misma reconoce la responsabilidad de protegerlo, es extremadamente doloroso y difícil. El aborto es todo lo contrario al orden natural de las cosas y automáticamente induce a una sensación de culpa. La mujer debe, sin embargo, admitir su culpa para poder convivir con ella".
La Profesora María Esther Perea de Martínez
cita el interesante testimonio de la escritora alemana Karin Struk, quien tuvo
cuatro niños y abortó uno. Después de referirse a lo que denominó "una de
las experiencias más espantosas de mi vida", afirmó:
"Después del aborto descubrí que cualquier proceso de cura requiere la ayuda de Dios. La presencia de Jesús era indispensable. Esta pieza que faltaba fue la que me hizo reaccionar"
"Después del aborto descubrí que cualquier proceso de cura requiere la ayuda de Dios. La presencia de Jesús era indispensable. Esta pieza que faltaba fue la que me hizo reaccionar"
(10) ¿También el padre sufre las consecuencias
post-traumáticas del aborto?
Como refiere Eric Pastuszek, las
investigaciones señalan que cuando un hombre se da cuenta de que su hijo ha
sido abortado, con frecuencia experimenta severas reacciones negativas. Uno de
estos padres así lo explicó:
"Usted probablemente haya leído acerca de lo que causaron a los veteranos de Vietnam los sentimientos de culpa y las emociones reprimidas. Ellos lo llaman 'neurosis post-traumática'. Este fenómeno resulta básicamente de la intención de acallar o suprimir el recuerdo de la reacción a la muerte y la violencia que los rodeaba. Ese es el mismo tipo de reacción que tuve frente al aborto de mi esposa".
"Usted probablemente haya leído acerca de lo que causaron a los veteranos de Vietnam los sentimientos de culpa y las emociones reprimidas. Ellos lo llaman 'neurosis post-traumática'. Este fenómeno resulta básicamente de la intención de acallar o suprimir el recuerdo de la reacción a la muerte y la violencia que los rodeaba. Ese es el mismo tipo de reacción que tuve frente al aborto de mi esposa".
El “stress” que sufre el padre se intensifica
cuando la ley le niega todo poder para proteger la vida de su hijo no nacido,
como ocurre en los EE.UU, donde la Corte Suprema "determinó que lo que el
Estado no tiene (el derecho a prohibir un aborto) no puede concederlo a nadie
más." Ello implica "que no existen derechos naturales creados por la
paternidad", al punto que una sentencia del Supremo Tribunal de California
sugirió que el niño es "un patrimonio del Estado" y si éste no lo
valora, "nadie más puede protegerlo, ni siquiera quién lo engendró".
Una de las graves consecuencias de esta
situación es que, "si el hombre sabe que no tiene ningún derecho, no crea
un vínculo con ese bebé no nacido" y "no protege a la madre que
necesita un apoyo de su marido para atravesar el embarazo". De ahí que
"la mayor parte de las relaciones se quiebran después del aborto", el
80 % de acuerdo a una estadística de la Abortion Recovery Canada
VIOLENCIA
Ciclos
del abuso marital
EL
AGRESOR MALTRATA A SU VÍCTIMA Y LUEGO LA MANIPULA PARA ENMENDAR DAÑOS
3 de noviembre de 2012
Adelescentes y la aceptacion de si mismo!
La adolescencia es una etapa fundante de la
vida, en ella vamos marcando los rasgos que luego condicionarán nuestra vida
joven y adulta; de cómo encaremos esta etapa, dependerá la aceptación de
nosotros mismos en el mañana.
DIFERENCIATE
Estamos en los años de la rebeldía, del reproche, del ir contracorriente, porque nuestros ideales no son los mismos que manejan los adultos, todas estas cosas derivan en aspectos positivos y negativos y pueden tener como consecuencia, una persona madura o inmadura. Seguramente queremos madurar, y para esto hay que hacer un camino, que ahora les propongo hacer en tres pasos: DIFERENCIATE, AFIANZATE, INTEGRATE.
Responder a esa pregunta será nuestra tarea en
esta etapa de la vida, comenzar a vislumbrar el horizonte que no podremos ver a
menos que nos descubramos y nos aceptemos a nosotros mismos; y es que en esto el
adolescente ocupa todo su tiempo, y es que cuando realmente descubre quien es
y que es lo que quiere es cuando finalmente deja la adolescencia para
pasar a ser un joven íntegro y completamente auto-conciente de sí...
Muchacho, muchacha: debes ser consciente de
que este es el resultado de un arduo trabajo que te llevará muchos años de tu
vida, los cuales estarán cargados de miles de fracasos, decepciones, fatigas,
pruebas; pero también de miles de alegrías, ganas de vivir, y por sobre todo de
grandes dosis de AMISTAD que, en definitiva, es lo que te mantendrá en pié
durante este tiempo. No aflojes. Vive.
“¡Y lucha!”
En todo este caminar hacia la plena
diferenciación con los demás el adolescente va marcando su propio ritmo, que es
fruto del tiempo en que vive, los adolescentes de hoy no afrontan la vida como
los de hace 20 años, y mucho menos como los de hace 40. Esto hace aún mas
difícil la convivencia entre padres e hijos que pertenecen a generaciones tan
opuestas como las que se dan actualmente.
Es importante que sepamos notar esta diferencia entre
generaciones, con esto podremos evitar muchos malentendidos dentro de la
familia, entendiendo a los padres en su postura y ellos entendiéndonos a
nosotros desde lo que pensamos hasta nuestra forma de comportarnos, que lindo
sería que podamos entendernos entre todos desde el lugar de cada uno y así en
muchas cuestiones la vida se haría un poco mas llevadera y tranquila.
Adolescente: trata de entender a tus padres en
sus posturas, trata de explicarles lenta y detenidamente las tuyas, todo esto es
parte de ese proceso tan anhelado de diferenciación que todos queremos llegar a
completar.
“¡No es una época fácil!
¡Pero es la tuya!
La que Dios te dio.”
Intentá vivirla desde ti mismo, pero
respetando la sabiduría de los mayores, respetando sus consejos trayéndolos a tu
época, interpretándolos desde los hechos actuales, pero por sobre todo vive
desde tus mas profundos ideales y así llegarás a descubrir quien eres y a donde
vas.
AFIANZATE
De este proceso de afianzamiento dependerá
realmente nuestro futuro. En el tiempo de la adolescencia se toman las grandes
decisiones de vida; si estas coinciden con nuestros grandes ideales, afianzar
nuestra persona ante los demás será una tarea bastante fácil, pero si no
logramos que concuerden nuestros mas profundos deseos con la decisión que
tomamos, sentiremos una gran inseguridad ante los demás, pues si nosotros mismos
no fuimos capaces de afianzarnos en lo que queríamos es porque los demás tienen
una influencia demasiado fuerte en nuestra personalidad y nunca llegaremos a
diferenciarnos y mucho menos a afianzarnos.
Muchas veces en esta edad nos resulta mucho
mas fácil hacer lo que los demás hacen, decir lo que los demás dicen; seguir a
los demás por miedo a “meter la pata” o a tomar decisiones serias y
maduras que nos comprometan o que nos exijan dar explicaciones de nuestro
comportamiento ante los demás.
Amigo: estás en la edad de la vigorosidad y
del entusiasmo, la edad de los grandes ideales y de la fuerza activa de los
sueños. Aprovecha todo esto el TU favor y ármate de fuerza para NO SEGUIR LA
CORRIENTE, para no hacer las cosas “porque todo el mundo lo hace”, si realmente
quieres diferenciarte y afianzarte, esfuérzate por lograrlo, no te des por
vencido, sigue adelante, pide ayuda, recibe opiniones, aléjate de lo que te
aparta de tus ideales, no hagas nada contraconciencia, vive cada día pensando en
TU mañana.
“Lanzate sin miedos a vivir y a construir”
Construye tu mañana mirando cada uno de tus pasos. Que cada uno
de ellos te conduzca al ideal al que
tiendes, sino, da un paso atrás y empieza de nuevo. Tienes
toda una vida para intentarlo... Pero siempre vive, no intentes vivir...
VIVE.
“¡Sueña!”
Porque los sueños afianzan nuestra libertad
ante el mañana, nos hacen pensar en que somos personas hoy y que mañana también
lo seremos, pero que mañana seremos más que hoy.
Confía... Confía en ti y en los tuyos.
No solo hay que afianzarse ante los demás,
sino que también hay que afianzarse ante uno mismo, nosotros mismos debemos
confiar en nosotros, sabiendo quienes somos y hacia donde nos dirigimos.
Podemos estar muy firmes ante los demás
presentando una imagen recia y fuerte ante todos, pero ante nosotros podemos ser
unos miedosos y unos insatisfechos con nosotros mismos, es necesario que podamos
ser lo mismo que demostramos ser.
Esta coherencia de vida nos ayudará a poder
asumir nuestros fracasos y errores y a poder cambiarlos... poder
redimirlos.
Mírate, ¿te conoces?, o conoces solo lo que de
ti dicen los demás. ¿Crees que eres
bueno porque lo dicen los demás?...
Si te ves algo mal “¡Debes cambiar!”... aunque
todos ponderen tu defecto, aunque te halaguen por él, si quieres ser tu mismo y
aceptarte como eres (y lo que eres) debes buscar la forma de mejorar y hacer que
tu persona coincida con tus ideales mas profundos de vida.
INTEGRATE
Esta es la última etapa en este amplio proceso
de maduración personal.
“Estas llamado a ser un YO único... y a la vez
un NOSOTROS que se reúna con tus amigos, con tus semejantes”
Aquí comprobamos si realmente hemos hecho los
pasos anteriores; si nos hemos diferenciado y nos hemos afianzado
este paso se da solo. Porque ya no tendremos miedo de dejar de ser nosotros
mismos, simplemente nos relacionaremos con libertad y con la tranquilidad que
nos brinda el sabernos descubiertos por nosotros mismos.
Dueño de ti: de ti depende el llegar o no
hasta este lugar, en definitiva, para esto hemos caminado hasta aquí, para saber
vivir en comunión con los demás.
“...es bueno que la flor acepte convertirse en
fruto...”
Por eso te pido: llena tu vida de amigos...
pero hazte amigo de ti mismo...
aprende a vivir con otros... pero no te
olvides de vivir contigo mismo...
respeta a los demás en sus opiniones... pero
exige respeto por las tuyas...
2 de noviembre de 2012
LOS 7 PRINCIPIOS DE LA ECOLOGÍA EMOCIONAL EN LAS RELACIONES
La ecología emocional es el único camino, si queremos sobrevivir como especie. Dedicamos toda nuestra vida a entrenar nuestra mente: adquirimos conocimientos y nos enseñan a pensa...
r, pero en el territorio emocional, en cambio, somos todos autodidactas, en mayor o menor medida.
Hay quien considera las emociones como obstáculos que interfieren en nuestra dimensión racional.
La Ecología Emocional sostiene que no es así y que las emociones son un lenguaje distinto y complementario.
Una mente inteligente pero desconectada de las emociones construiría mapas de decisión equivocados y peligrosos.
Las emociones dan color al paisaje y sirven para orientarnos en el mundo: nos indican si la ruta que hemos elegido es adaptativa o destructiva.
ECOLOGÍA
1. PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA PERSONAL.
Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán.
2. PRINCIPIO DE LA PREVENCIÓN DE DEPENDENCIAS.
No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos.
3. PRINCIPIO DEL BOOMERANG.
Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti.
4. PRINCIPIO DEL RECONOCMIENTO DE LA INDIVIDUALIDAD Y LA DIFERENCIA.
No hagas a los demás aquello que quieres para ti. Pueden tener gustos diferentes.
5. PRINCIPIO DE LA MORALIDAD NATURAL.
No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.
6. PRINCIPIO DE LA AUTO-APLICACIÓN PREVIA.
No podrás hacer y dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.
7. PRINCIPIO DE LA LIMPIEZA RELACIONAL.
Tener el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y no nos dejan crecer como personas.
No somos responsables de lo que sentimos (las emociones no se eligen ni se planifican) pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos.
Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas. Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta. ‘Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional.
No busquemos la excusa de nuestras emociones que nos perjudican o perjudican a los demás en los hechos de los otros.
Busquemos la causa, siempre, dentro de nosotros mismos, porque ninguna emoción de ningún ser puede tener acción en nosotros si nosotros estamos protegidos por el escudo del Amor y vibramos en esa sintonía.
Vos elegís qué deseas reflejar a tu entorno y eso mismo recibirás.
Desde el amor y al servicio del Amor.
MERCÉ CONANGIA Y JAUME SOLER
De su libro "Ecología Emocional"
Hay quien considera las emociones como obstáculos que interfieren en nuestra dimensión racional.
La Ecología Emocional sostiene que no es así y que las emociones son un lenguaje distinto y complementario.
Una mente inteligente pero desconectada de las emociones construiría mapas de decisión equivocados y peligrosos.
Las emociones dan color al paisaje y sirven para orientarnos en el mundo: nos indican si la ruta que hemos elegido es adaptativa o destructiva.
ECOLOGÍA
1. PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA PERSONAL.
Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán.
2. PRINCIPIO DE LA PREVENCIÓN DE DEPENDENCIAS.
No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos.
3. PRINCIPIO DEL BOOMERANG.
Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti.
4. PRINCIPIO DEL RECONOCMIENTO DE LA INDIVIDUALIDAD Y LA DIFERENCIA.
No hagas a los demás aquello que quieres para ti. Pueden tener gustos diferentes.
5. PRINCIPIO DE LA MORALIDAD NATURAL.
No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.
6. PRINCIPIO DE LA AUTO-APLICACIÓN PREVIA.
No podrás hacer y dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.
7. PRINCIPIO DE LA LIMPIEZA RELACIONAL.
Tener el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y no nos dejan crecer como personas.
No somos responsables de lo que sentimos (las emociones no se eligen ni se planifican) pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos.
Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas. Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta. ‘Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional.
No busquemos la excusa de nuestras emociones que nos perjudican o perjudican a los demás en los hechos de los otros.
Busquemos la causa, siempre, dentro de nosotros mismos, porque ninguna emoción de ningún ser puede tener acción en nosotros si nosotros estamos protegidos por el escudo del Amor y vibramos en esa sintonía.
Vos elegís qué deseas reflejar a tu entorno y eso mismo recibirás.
Desde el amor y al servicio del Amor.
MERCÉ CONANGIA Y JAUME SOLER
De su libro "Ecología Emocional"
Congreso de Psiquiatria - Suicidios por depresión aumentan en el país; la mayoría son jóvenes
MÁS
DEL 60% DE LOS QUE SE SUICIDAN HA SUFRIDO LA ENFERMEDAD
|
Santo Domingo
La depresión es la primera causa de consulta entre las enfermedades
mentales. Aunque es más común que aparezca en la segunda mitad de la vida, entre
20 y 40 años, en los últimos cinco años se ha registrado un aumento entre la
población de 12 a 19 años.
Las consultas por esa enfermedad en los jóvenes se han incrementado en cerca de un 40% y la mayoría de los afectados tiene entre 15 y 35 años, según datos ofrecidos en el XV congreso Internacional de Siquiatría, que se celebra en Bayahibe. El presidente del gremio, José Miguel Gómez, explica que esa patología si no es tratada a tiempo puede degenerar en situaciones más lamentables, como el suicido. Las estadísticas oficiales muestran que más del 60% de los que se suicidaron en los últimos dos años sufrió depresión. Las mujeres son las que más sufren la enfermedad de depresión, dos por cada hombre, mientras que los varones se suicidan tres veces más. Los datos indican, además, que más de la mitad de los que se suicidaron por depresión no recibieron ayuda emocional. Esto es calificado por Gómez como altamente preocupante, ya que la consejería y la medicación son esenciales para tratar el problema. “La depresión es la primera causa de visita a un siquiatra, y es la segunda causa de ausentismo laboral y de mala calidad de vida, después de las enfermedades cardiacas”, aseguró. Lamentó que al mes se quite la vida un promedio de 35 personas, siendo cerca del 31 por ciento adolescentes. Al respecto, la sicoterapeuta familiar Rosa María Brea Franco consideró preocupante el incremento de la depresión y el suicidio en los adolescentes y dijo que revisan patrones de crianza, y aspectos biopsicosociales que inciden y ponen a ese segmento poblacional en riesgo. Resaltó la importancia de enseñar habilidades en los jóvenes para enfrentar las tensiones y la comunicación entre la familia y la escuela. |
1 de noviembre de 2012
Todos tenemos luz propia como la luciernaga
LA PEQUEÑA LUCIÉRNAGA
Había una vez una comunidad de luciérnagas que habitaba el interior de un gigantesco lampati, uno de los árboles más majestuosos y antiguos de Tailandia. Cada noche, cuando todo se volvía oscuro y apenas se escuchaba ...
DESCONOCIDO
Había una vez una comunidad de luciérnagas que habitaba el interior de un gigantesco lampati, uno de los árboles más majestuosos y antiguos de Tailandia. Cada noche, cuando todo se volvía oscuro y apenas se escuchaba ...
el leve murmurar de un cercano río, todas las luciérnagas salían del árbol para mostrar al mundo sus maravillosos destellos. Jugaban a hacer figuras con sus luc
es, bailando al son de una música inventada para crear un sinfín de centelleos luminosos más resplandeciente que cualquier espectáculo de fuegos artificiales.
Pero entre todas las luciérnagas del lampati había una muy pequeñita a la que no le gustaba salir a volar.
- No, hoy tampoco quiero salir a volar -decía todos los días la pequeña luciérnaga-. Id vosotros que yo estoy muy bien aquí en casita.
Tanto sus padres como sus abuelos, hermanos y amigos esperaban con ilusión la llegada del anochecer para salir de casa y brillar en la oscuridad. Se divertían tanto que no comprendían por qué la pequeña luciérnaga no les quería acompañar. Le insistían una y otra vez, pero no había manera de convencerla. La pequeña luciérnaga siempre se negaba.
-¡Que no quiero salir afuera! -repetía una y otra vez-. ¡Mira que sois pesados!
Toda la colonia de luciérnagas estaba muy preocupada por su pequeña compañera.
-Tenemos que hacer algo -se quejaba su madre-. No puede ser que siempre se quede sola en casa sin salir con nosotros.
-No te preocupes, mujer -la consolaba el padre-. Ya verás como cualquier día de estos sale a volar con nosotros.
Pero los días pasaban y pasaban y la pequeña luciérnaga seguía encerrada en su cuarto.
Una noche, cuando todas las luciérnagas habían salido a volar, la abuela de la pequeña se le acercó y le preguntó con mucha delicadeza:
-¿Qué es lo que ocurre, mi pequeña? ¿Por qué no quieres venir nunca con nosotros a brillar en la oscuridad?
-Es que no me gusta volar-, respondió la pequeña luciérnaga.
-Pero, ¿por qué no te gusta volar ni mostrar tu maravillosa luz? -insistió la abuela luciérnaga.
-Pues… -explicó al fin la pequeña luciérnaga-. Es que para qué voy a salir si nunca podré brillar tanto como la luna. La luna es grande, y muy brillante, y yo a su lado no soy nada. Soy tan diminuta que en comparación parezco una simple chispita. Por eso siempre me quedo en casa, porque nunca podré brillar tanto como la luna.
La abuela había escuchado con atención las razones de su nieta, y le contestó:
-¡Ay, mi niña! hay una cosa de la luna que debería saber y, visto lo visto, desconoces. Si al menos salieras de vez en cuando, lo habrías descubierto, pero como siempre te quedas en el árbol, pues no lo sabes.
-¿Qué es lo que he de saber y no sé? -preguntó con impaciencia la pequeña luciérnaga.
-Tienes que saber que la luna no tiene la misma luz todas las noches -le contestó la abuela-. La luna es tan variable que cada día es diferente. Hay días en los que es grande y majestuosa como una pelota, y brilla sin cesar en el cielo. Pero hay otros días en los que se esconde, su brillo desaparece y el mundo se queda completamente a oscuras.
-¿De veras hay noches en las que la luna no sale? -preguntó sorprendida la pequeña luciérnaga.
-Así es -le confirmó la abuela. La luna es muy cambiante. A veces crece y a veces se hace pequeñita. Hay noches en las que es grande y roja y otras en las que desaparece detrás de las nubes. En cambio tú, mi niña, siempre brillarás con la misma fuerza y siempre lo harás con tu propia luz.
La pequeña luciérnaga estaba asombrada ante tal descubrimiento. Nunca se había imaginado que la luna pudiese cambiar y que brillase o se escondiese según los días.
Y a partir de aquel día, la pequeña luciérnaga decidió salir a volar y a bailar con su familia y sus amigos. Así fue como nuestra pequeña amiguita aprendió que cada uno tiene sus cualidades y por tanto, cada uno debe brillar con su propia luz.
es, bailando al son de una música inventada para crear un sinfín de centelleos luminosos más resplandeciente que cualquier espectáculo de fuegos artificiales.
Pero entre todas las luciérnagas del lampati había una muy pequeñita a la que no le gustaba salir a volar.
- No, hoy tampoco quiero salir a volar -decía todos los días la pequeña luciérnaga-. Id vosotros que yo estoy muy bien aquí en casita.
Tanto sus padres como sus abuelos, hermanos y amigos esperaban con ilusión la llegada del anochecer para salir de casa y brillar en la oscuridad. Se divertían tanto que no comprendían por qué la pequeña luciérnaga no les quería acompañar. Le insistían una y otra vez, pero no había manera de convencerla. La pequeña luciérnaga siempre se negaba.
-¡Que no quiero salir afuera! -repetía una y otra vez-. ¡Mira que sois pesados!
Toda la colonia de luciérnagas estaba muy preocupada por su pequeña compañera.
-Tenemos que hacer algo -se quejaba su madre-. No puede ser que siempre se quede sola en casa sin salir con nosotros.
-No te preocupes, mujer -la consolaba el padre-. Ya verás como cualquier día de estos sale a volar con nosotros.
Pero los días pasaban y pasaban y la pequeña luciérnaga seguía encerrada en su cuarto.
Una noche, cuando todas las luciérnagas habían salido a volar, la abuela de la pequeña se le acercó y le preguntó con mucha delicadeza:
-¿Qué es lo que ocurre, mi pequeña? ¿Por qué no quieres venir nunca con nosotros a brillar en la oscuridad?
-Es que no me gusta volar-, respondió la pequeña luciérnaga.
-Pero, ¿por qué no te gusta volar ni mostrar tu maravillosa luz? -insistió la abuela luciérnaga.
-Pues… -explicó al fin la pequeña luciérnaga-. Es que para qué voy a salir si nunca podré brillar tanto como la luna. La luna es grande, y muy brillante, y yo a su lado no soy nada. Soy tan diminuta que en comparación parezco una simple chispita. Por eso siempre me quedo en casa, porque nunca podré brillar tanto como la luna.
La abuela había escuchado con atención las razones de su nieta, y le contestó:
-¡Ay, mi niña! hay una cosa de la luna que debería saber y, visto lo visto, desconoces. Si al menos salieras de vez en cuando, lo habrías descubierto, pero como siempre te quedas en el árbol, pues no lo sabes.
-¿Qué es lo que he de saber y no sé? -preguntó con impaciencia la pequeña luciérnaga.
-Tienes que saber que la luna no tiene la misma luz todas las noches -le contestó la abuela-. La luna es tan variable que cada día es diferente. Hay días en los que es grande y majestuosa como una pelota, y brilla sin cesar en el cielo. Pero hay otros días en los que se esconde, su brillo desaparece y el mundo se queda completamente a oscuras.
-¿De veras hay noches en las que la luna no sale? -preguntó sorprendida la pequeña luciérnaga.
-Así es -le confirmó la abuela. La luna es muy cambiante. A veces crece y a veces se hace pequeñita. Hay noches en las que es grande y roja y otras en las que desaparece detrás de las nubes. En cambio tú, mi niña, siempre brillarás con la misma fuerza y siempre lo harás con tu propia luz.
La pequeña luciérnaga estaba asombrada ante tal descubrimiento. Nunca se había imaginado que la luna pudiese cambiar y que brillase o se escondiese según los días.
Y a partir de aquel día, la pequeña luciérnaga decidió salir a volar y a bailar con su familia y sus amigos. Así fue como nuestra pequeña amiguita aprendió que cada uno tiene sus cualidades y por tanto, cada uno debe brillar con su propia luz.
DESCONOCIDO
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